El viernes amanecía en todas las redes sociales con la divertida anécdota de la colocación de un display con la palabra Bienbenidos al Extremúsika que no tardó en corregirse. Como hemos dicho anteriormente, hay que dar gracias a la organización por su laborioso trabajo y dedicación, por ejemplo, un par de camiones cargados con gravilla se acercaron para cubrir las partes del foso que había con más charcos además de achicar agua continuamente para que todo el público pudiera disfrutar al máximo.
Así daba comienzo la segunda jornada del festival, esta vez con mejor tiempo que el jueves:
Lady Jaque y Los Jacobos eran los encargados de abrir en cada respectivo escenario. Especial mención tuvieron estos últimos, pues aún siendo tan temprano, tuvieron una gran audiencia que no paraba de corear sus cachondas canciones que ellos mismos definen como «punk tonto para gente inteligente», además de llevar más de 20 años en la música y poseer grandes temas, nos tocaron algunos nuevos de su próximo disco. Luter, Carlos Chaouen y El Desván fueron los siguientes en salir y poco a poco, el foso iba cogiendo color con la gente, cerveza en mano, preparada para lo que se nos venía… O’funk’illo. Se armó la gran fiesta del mediodía. Un recinto practicamente lleno y botando todos a uno con las manos haciendo el famoso símbolo de los cuernos a cada palabra que decía su frontman Andreas Lutz. No era para menos, la banda reaparecía con su formación original con Pepe Bao al bajo y Javi Marssiano a la guitarra para tocar temazo tras temazo: “Nos vamos pal keli”, «Riñones al jerez», «En el campito» e incluso una version del «Killing in the name» de Rage Against The Machine. Gran rato y sin descanso para que Boni, el guitarra y cantante de los míticos Barricada saliera a patearnos los traseros con su rock’n’roll de corte clásico con un set dividido por temas de su etapa en solitario como por los de su antigua banda. César Strawberry, algo más delgado, y sus refromados Def Con Dos salieron a comerse el escenario con una gran puesta en escena y nos raperaron su mejor repertorio: «El coche no», «La culpa de todo la tiene Yoko Ono», «El día de la bestia» o «Armas pal pueblo» además de tocar temas de su último disco “#Trending Distopic”. Brillante y divertida actuación. Seguimos con rap metal y es el turno de los navarros Bourbon Kings, que a pesar de que cayera un buen chubasco en ese momento, tenían fieles seguidores cantando sin parar los temas de sus dos discos. A pesar de ser jóvenes y haberse formado en 2014, estos chicos prometen. Ya con una buena multitud poblando el recinto salieron a escena los de Barakaldo, Parabellum, para hacer un recorrido por su discografía y es que los vascos tienen una gran importancia en el punk nacido en los 80’s. Con Josu Korkostegi encargado de darle a la voz y a la batería, convirtieron el foso en una fiesta con sus himnos y gracias al apoyo de sus incondicionales. Ya con buen tiempo llegaron los cordobeses Medina Azahara y con sus clásicas «Necesito respirar», «Córdoba”, “Aprendimos a vivir” o “Todo tiene su fin” nos pusieron a todos a cantar. Y así lo llevan haciendo en sus más de 40 años de historia. Una de las bandas que no podían fallar eran Gatillazo, el actual proyecto de Evaristo de la Polla Récords ya con seis álbums en su haber. y así fue, como una puño directo a la mandíbula. Letras ácidas e irónicas sin descanso fue dándonos lo que queríamos, una buena dosis del mejor punk rock. Cambiamos de tercio y de público, aparece Juanito Makandé sentado en una silla con guitarra española en mano y rodeado de músicos con sección de viento incluido. Buen momento para relajarse pues se avecinaba otra descarga de rap metal a cargo, esta vez, de Riot Propaganda, uniformados todos igual con camisa roja y corbata negra sucedían a Juanito Makandé llenando el escenario con sus temas reivindicativos como “Bienvenidos al paraíso”, “Agenda oculta” o “El Miedo va a cambiar de bando” y sin parar de saltar. Una de las últimas veces que podremos verles pues están en su gira de despedida y se notaba porque lo dieron todo. Y llegó el gran momento, el concierto que más gente reunió en la jornada del viernes. La Raíz llegaba desde Gandía para deleitar a todos sus asistentes tambén en su última gira antes de un parón indefinido. Estos jóvenes que derrochan energía por los cuatro costados llevan años sin parar y necesitan un merecido descanso y es que en poco tiempo se han convertido en una de los referentes de nuestro rock nacional. Tocaron: “Entre poetas y presos“, «La hoguera de los continentes», “Rueda la corona” ,“La voz del pueblo” o “Nuestra nación” y muchas más que hicieron que no pudieras quedarte quieto y dejar de bailar con su ritmo pegadizo. Otros que no defraudaron fueron los asturianos Desakato, una de las bandas que más ganas tenía de ver, salieron a escena y uno de sus vocalistas se tiró literalmente al público para comenzar un set lleno de canciones de todos sus trabajos. Una banda que cada vez va ganando más seguidores, currándoselo día tras día, y cada vez más arriba en los carteles, enhorabuena. La formación alavesa-catalana Green Valley y su reggae/dancehall nos hicieron vivir un mágico momento reivindicando las injusticias con su mensaje positivo, con el fin de despertar la conciencia social. La banda extremeña Sínkope y su rock rural eran los encargados de salir al escenario contigüo y hacer que sus paisanos disfrutaran de lo lindo presentándoles su exitoso último trabajo “El parque de los poetas». El Langui y Darknes Bizarre fueron los encargados de cerrar ambos escenarios y poner punto final a la velada. ¡A descansar!
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