VIERNES @ AZKENA ROCK FESTIVAL (VITORIA)

Por Robbie Ramone
01/07/2025

Viernes @ Azkena Rock Festival (Vitoria)

20 de Junio 2025

Fotos: John Fogerty + Lucinda Williams + Turbonegro + Public Image Limited + Reckless Kelly + Diamond Dogs & Chris Spedding + C.O.F.F.I.N. + Bobbie Dazzle + Robert Jon & The Wreck + Los Straitjackets + Psilicon Flesh + La Estrella Azul + Sarria + Las Jennys de Arroyoculebro + Thee Scarecrows AKA + Laurie Wright

La jornada del viernes comenzó de forma distendida en la Plaza de la Virgen Blanca con Laurie Wright, quien demostró que el rock’n’roll novato tiene mucha chispa. Acompañado de su banda y temazos de power pop pusieron patas arriba la plaza a pesar del sol justiciero que reinaba. Temas como «Rock n’ Roll ain’t dead while we’re living» o «Easy Street» dejaron claro que el rock tiene relevo.

Ya en Mendizabala, Sarria fueron los encargados de abrir la jornada en el escenario principal con su rock clásico teñido de folk andaluz y psicodelia.

El concierto especial de los míticos Psilicon Flesh y su mezcla de punk, funk, metal y pop marca de la casa hizo vibrar a todos sus paisanos a base del mejor ruido y muy mala leche. El regreso de los alavenses sin duda es para quedarse.

La Estrella Azul, es la banda encargada de poner música a la película con el mismo nombre que narra el viaje de Mauricio Aznar, músico zaragozano y líder de la banda Más Birras, a Argentina en busca de sus raíces musicales: Rockabilly, chacarera y memoria se fusionaron en esta preciosa fábula sonora.

Reckless Kelly ofrecieron un recital con el mejor y más emotivo country rock salvaje y sin artificios. El quinteto de Texas hizo sonar temas como «Miserable City», «Fire Up Ready to Go», «Nobody’s Girl», «Seven Nights in Eire», «Wicked Twisted Road», e incluso una versión de Escovedo: «Castanets». Su debut en España fue toda una declaración de intenciones: sólida, honesta y muy disfrutada, especialmente por el público amante del género.

Bobbie Dazzle y su estallido de color con riffs distorsionados nos dio una dosis festiva de energía pura, que en muchos momentos nos hizo recordar al mejor glam rock de Bowie o T. Rex, por ejemplo. Presentaron temas de su álbum Fandabidozi como «Back to the City», «Merry Go Round» o «Lightning Fantasy» y con su estética aplastante convirtieron su actuación en un festín visual y sonoro que revitalizó el espíritu de los 70.

Public Image Ltd. con Johnny Rotten, el que fuera líder y compositor de los sus ahora odiados Sex Pistols (recientemente el resto de la banda se ha vuelto a reunir con otro vocalista para girar en practicamente todos los festivales alrededor del mundo) desató una explosión sonora, con un fuerte repaso post‑punk a su trayectoria para no dejar de hacer bailar al público. El setlist incluyó tanto clásicos emblemáticos de PIL como temas recientes de su último trabajo «End of World». John Lydon, al frente de su banda, demostró que sigue siendo un agitador radical de la escena musical: una experiencia sonora desafiante, sin concesiones y profundamente válida para quienes buscan punk renovado y lecturas críticas en directo. Una bocanada de aire fresco en medio de la homogeneidad festivalera.

C.O.F.F.I.N., o lo que es lo mismo la salvaje apisonadora australiana, con su mezcla de punk y hard rock, colocaron al público contra las cuerdas con riffs y letras denunciando el racismo, la homofobia y política entre otras causas sociales. El batería y vocalista Ben Portnoy lideró la banda con una presencia arrolladora y lo petaron con temazos como “Give Me A Bite” y “Cut You Off”. Sin duda una de las sorpresas del festival y uno de los mejores conciertos de la jornada del viernes.

Lucinda Williams, ya algo más recuperada de su reciente ictus de hace cinco años, ofreció un recital emotivo con piezas como «Can’t Let Go», «Rock n’ Roll Heart», «Car Wheels on a Gravel Road», «Pineola», «Drunken Angel», «You Can’t Rule Me». Fue un concierto conmovedor, emotivo y potente. Su condición física contrastó con una voz y un aura intactas que, respaldadas por una banda precisa, consiguieron crear momentos de belleza genuina. Aunque el ritmo fue comedido al principio, el crescendo final —especialmente con versiones emblemáticas, como «While My Guitar Gently Weeps» de sus amados The Beatles o el «Rockin’ in the Free World» de su amigo Neil Young para cerrar— hizo que muchos asistentes sintieran que presenciaron un auténtico milagro musical.

Turbonegro a pesar de un sonido un poco deficiente en algunos momentos no dejaron sin tocar himnos como “Age of Pamparius”, “City of Satan”, “All My Friends Are Dead” y “Get It On”, junto con temas más recientes como “Hurry Up & Die” o “Hot for Nietzsche”. Arropados por La Turbojugend, el club de fans internacional de la banda, que estuvo presente y entusiasmados durante todo el concierto ataviados con sus típicos gorritos blancos de marinero. En resumen, el concierto de Turbonegro en el Azkena fue una muestra de la capacidad de la banda para adaptarse y seguir ofreciendo un espectáculo de calidad, manteniendo su legado en el rock.

Robert Jon & The Wreck ofrecieron una actuación enérgica y llena de soul que cautivó al público del Azkena Rock Festival. La banda, conocida por su estilo que mezcla rock sureño, blues y soul, desplegó un set con temas potentes y riffs de guitarra intensos. El carismático vocalista Robert Jon Burrison conectó con la audiencia a través de su voz rasgada y su actitud desenfadada.

Pero fue John Fogerty quien brilló con luz propia: su nostágico repertorio rebosó y repasó los grandes clásicos de su Creedence Clearwater Revival: «Bad Moon Rising», «Up Around the Bend», «Green River», «Born on the Bayou», «Who’ll Stop the Rain», «Keep on Chooglin», «Have You Ever Seen the Rain?», «Fortunate Son» o «Proud Mary», además de temas de su etapa en solitario como «Rock and Roll Girls» y «Rockin’ All Over the World». A pesar de ciertas pequeñas dificultades vocales propias de la edad, estuvo muy bien arropado por su banda, incluida sus hijos Shane y Tyler. La actuación de Fogerty fue un evento épico: una demostración de su estatus como leyenda viva del rock, capaz de emocionar a múltiples generaciones con una mezcla de talento, energía, nostalgia y autenticidad. Sin duda sería el concierto más multitudinario de esta edición del Azkena Rock Festival.

Diamond Dogs & Chris Spedding cerraron el escenario pequeño con un merecido y fiel homenaje a Little Richard, con fuerza y simpatía, y dejaron al público con ganas de más y sin parar de bailar al son de los grandes hits de la «Reina» del Rock and Roll. Fue un espectáculo que recompensó tanto a oyentes exigentes como a quienes buscaban esa chispa de rock & roll original, dejando al público «con una sonrisa de oreja a oreja».

Kaótiko fueron los encargados de poner punto y final al escenario Respect con su punk-rock sin concesiones” en su 25 aniversario, tocando himnos nacionales como “Rico Deprimido” y otros clásicos generacionales con rabia intacta.

Por la carpa de Trashville pudimos gozar de formaciones como Las Jennys de Arroyoculebro, banda valenciana de chicas más Gerardo de Los Chicos haciendo garage ruidoso y letras cachondas, riffs cortos, ritmo frenético y actitud sin vergüenza ninguna.

Thee Scarecrows AKA, una actuación de horror punk con estética pulp y sonidos grind: látigos sónicos y gritos semi-teatrales que mantuvieron a la gente al borde del escenario, vibrando al límite.

Un momento icónico en la carpa Trashville fue la actuación de los míticos Straitjackets con su surf instrumental y ataviados con máscaras de luchador mexicano, un groove impecable con atmósfera para coger olas en la playa pero reventona bajo techo.

Solo queda dormir poco, reponer fuerzas… y prepararse para un sábado que promete cerrar esta edición por todo lo alto.